Matamoros.- Cientos de personas se reunieron este domingo en la Playa Bagdad de Matamoros, para observar el lanzamiento del cohete Starship de la agencia SpaceX, razón por la cual se planea convertir a este destino en un polo de “turismo espacial”.

El cohete Starship fue lanzado desde la base espacial de Boca Chica, Texas, a 75 kilómetros de distancia de la Playa Bagdad, con una perfecta visibilidad que permite apreciar el espectáculo.

El alcalde Alberto Granados Fávila acudió para reforzar los planes de promocionar el sitio para atraer turistas de todo México.

“Matamoros ya no será solamente la Gran Puerta de México, sino también la Gran Puerta hacia el Espacio”, dijo al resaltar la importancia de aprovechar la ubicación geográfica de la costa matamorense.

Granados Fávila refirió que “con este quinto lanzamiento ha quedado claro que hechos históricos como el de hoy se aprecian mejor desde Matamoros”.

Estableció que, en los próximos años, se planea un ambicioso proyecto turístico para la Playa Bagdad, en colaboración con el Gobierno de Tamaulipas, que busca atraer visitantes y generar una derrama económica significativa para la ciudad.

Recordó también que el próximo 7 y 8 de noviembre, Matamoros será sede de la Convención Aeroespacial organizada por la Agencia Aeroespacial Mexicana.

SpaceX prueba con éxito su Starship

 

SpaceX completó con éxito su quinta prueba del Starship, el mayor cohete espacial jamás construido, y en su primer intento consiguió recuperar la primera fase de la nave con una grúa en la misma plataforma de lanzamiento, un hito de la ingeniería espacial.

Poco antes de las 7.30 hora local, desde la plataforma de lanzamiento de Boca Chica, Texas, SpaceX lanzó el Starship en el quinto vuelo de prueba.

El megacohete consiguió poner en órbita el módulo principal con la ayuda de los 39 motores Raptor de su primera fase, que en un hito de la ingeniería espacial sin precedentes logró regresar desde la estratosfera, realizar una desaceleración controlada y posarse en la misma plataforma de lanzamiento para ser recuperada por los “chopsticks” (palillos), una grúa que atrapa esa parte de la nave para volverla a usar.

Esta quinta prueba del Starship, que pesa unas 5,000 toneladas, consiguió poner en órbita el módulo y probar un sistema que usa el sistema de comunicación Starlink para, por vez primera, mantener comunicación con el módulo orbital en la fase de reentrada, algo que hasta ahora ningún vuelo espacial ha conseguido.

El módulo orbital consiguió sobrevivir a las presiones y las temperaturas extremas de la reentrada y amerizó de manera controlada y “suave” en un punto predefinido en el océano Índico una hora después del lanzamiento, aunque explotó, algo que estaba previsto.